Un poco de Historia.
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Posiblemente fue una evolución de otro artilugio utilizado por nuestros antepasados, el lanzavenablos, que consistía en un lanza ligera, la cual disponía de plumas en su parte posterior y era impulsada por una espacie de mango largo, en el cual se acoplaba dicha lanza .
Un Arco para cambiar la historia
Muchos han sido los ejércitos que lo utilizaron demostrando su efectividad como arma, sacando buen provecho de el, como hizo Atila con sus hunos y Genghis Khan con sus magníficos jinetes-arqueros mongoles, sin olvidar a los egipcios disparando desde sus carros ligeros, además de ser los primeros en construir arcos compuestos (fabricados con varios materiales), pero si hubo un ejercito que supo aprovechar el potencial del arco, sin duda fue el ingles, el cual obtuvo un efecto devastador frente a sus enemigos con sus arcos largos (longbow). La historia esta salpicada de hechos trascendentales en los que se ve implicado el arco, como la muerte del Rey Harol II de Inglaterra también conocido como Harol el sajón, una flecha normanda le atravesó un ojo en la batalla de Hasting (1066 DC), siendo este el ultimo rey sajón de Inglaterra. El tapiz de Bayeux fue tejido para conmemorar la victoria normanda y en el cual se representa este hecho.Pero donde realmente quedo demostrada la supremacía del arco como arma de guerra fue el 26 de Agosto de 1346 en,
La batalla de Crecí.
Durante la guerra de los cien años, Eduardo III se enfrento Felipe IV en las cercanías de Crecí, al norte de Francia.
Un reducido ejercito ingles de aproximadamente 12000 hombres, 7000 de ellos arqueros frente a un gigantesco ejercito francés constituido por 40000 hombre aprox. incluidos 12000 caballeros montados los cuales formaban la temible caballería pesada constituida por la elite de la nobleza francesa además de ballesteros genoveses, mallorquines, navarros e italianos.
La infantería inglesa con sus caballeros a pie en el centro, flanqueados ambos lados por los arqueros en formación de cuña, ubicados en una elevación del terreno y comandados por el Príncipe Negro Eduardo, hijo y heredero del rey, hicieron frente, en primer lugar a los ballesteros genoveses, que desprovistos de sus parapetos fueron superados fácilmente por la cadencia de tiro de los longbows, de 10 a 15 disparos por minuto, los ballesteros solo conseguian realizar de 2 a 4 disparos en el mismo tiempo.
Posteriormente atacó la caballería pesada francesa provista de armadura de placas, pero su incesantes cargas no resultaron efectivas y la cual fue practicamente aniquilada por la lluvia mortífera de flechas inglesas.
Eduardo III resulto victorioso gracias a las tácticas aplicadas, donde los arqueros fueron primordiales.
Agus F.N.
